El consultor porcino Juan Uccelli analizó las complicaciones para colocar carnes en un mercado golpeado por la caída del poder adquisitivo del salario. "Hoy, las proteínas animales son más baratas que cualquier otro alimento que se pueda adquirir", afirmó.


En casi la primera mitad del año, la inflación no dio tregua y su impacto se sintió con fuerza en el rubro alimentos, uno de los más afectados por esta inercia.

Las carnes son una excepción a esta regla, sobre todo en el caso de la vacuna, que al igual que los cortes porcinos, se mantienen muy por debajo de la inflación.


Con una oferta abundante y precios bajos en relación a otros alimentos, las ventas de carnes no terminan de repuntar, porque chocan contra el bolsillo diezmado del consumidor, según analizó Juan Uccelli, consultor del sector porcino, que tomó en cuenta los valores de la media res vacuna, la porcina y el pollo eviscerado.

Estos precios bajaron en mayo, pero no termina de reflejarse en los mostradores. “Esto muestra las complicaciones para colocar las carnes en un mercado en el que la gente no tiene plata, las proteínas animales son más baratas que cualquier otro alimento que se pueda adquirir”, señaló.


El consultor estimó que si bien el precio del cerdo aumentó, no se pudo trasladar a los cortes por la falta de poder adquisitivo de la población. “También colaboraron los precios tanto del vacuno como del pollo, que en un sube y baja constante colocan a la carne de cerdo barata o cara”, remarcó.


En este punto, consideró que de las tres carnes, la porcina es la que menos oscilaciones registra. “El margen bruto fue interesante, con la salvedad que marca una diferencia muy importante entre los grandes productores con resultado interesantes y en la otra punta, los pequeños productores con resultados negativos que están provocando el cierre de muchos establecimientos”, advirtió.

Sobre este última cuestión, consideró que la expulsión de los pequeños productores porcinos del sistema y presenta dos problemas inmediatos: el desarraigo de la familia del pequeño productor del campo y la profundización de la concentración en el sector.

COMPENSACIONES Y DÓLAR CERDO
Con respecto a las compensaciones que el sector porcino espera cobrar por parte del Gobierno, sostuvo que más allá de las inscripciones, todavía no se hicieron efectivas. “Son menos de $800 millones que no solucionaran las cuentas negativas de muchos productores, pero que en algo ayudaran”, estimó.

También se mostró crítico con el reciente anuncio del “dólar cerdo”, al considerar que además del problema que representa su carácter retroactivo -en el último año las exportaciones no superaron las 5.000 toneladas- conllevan una serie de tramites que dificultan su uso.