Durante una jornada de intercambio llevada a cabo en el INTA Pergamino, pequeños productores, mejoradores e investigadores compartieron sus experiencias para definir el potencial de sus propias variedades, con un perfil agroecológico.
En Argentina, más allá de la gran inversión y los muchos años de influencia del mejoramiento formal e introducción masiva de híbridos mejorados de maíz, existen productores de pequeña escala que siguen cultivando sus propias variedades de maíz.
Los mismos apuntan a atender la demanda de los mercados especializados, donde su producción adquiere mayor valor y mejor precio.
Para ello, el INTA Pergamino, el grupo Bioleft, la Facultad de Agronomía de la UBA y la Universidad Nacional del Sur, organizaron la 2da Jornada de Mejoramiento Participativo de Maíz, que se realizó en la Estación Experimental Pergamino del INTA.
Se trató de un encuentro técnico, del que formaron parte productores agropecuarios que fomentan la adopción de diversas variedades de maíz, técnicos investigadores y científicos mejoradores del cultivo.
Esta jornada, permitió a los asistentes, generar un intercambio sobre los saberes en relación a las diferentes variedades de maíz que existen en los sistemas productivos de la región.
“Se intentó fomentar el intercambio de experiencias entre productores. Ellos evalúan sus propios materiales en sus campos, pero hay otros que quieren empezar a mejorar materiales y también están los que desean cultivar variedades de otros productores”, contó Luciana Galizia, mejoradora de maíz de INTA Pergamino, quien participó activamente en el encuentro.
Luciana Galizia, mejoradora de INTA.
La especialista, destacó que la reunión cumplió con las expectativas que generaba, ya que participaron unos 30 referentes, entre productores, investigadores y mejoradores. La entrevistada coordinó la jornada que buscó fomentar el intercambio de conocimientos y colaboración entre productores, investigadores y extensionistas de diferentes regiones del país.
Estuvo enfocado en el mejoramiento de variedades de maíz, fundamentalmente para la agroecología. También habló sobre los productores que desarrollan sus propias variedades y el interés de algunos en convertirlas en híbridos.
VARIEDADES PARA AFIANZAR SU OBJETIVO
Según la entrevistada, una parte de estos agricultores, desarrollan producción orgánica en sus unidades productivas. “Muchos son productores orgánicos, la mayoría de ellos hacen agroecología o intentan ir hacia ese sistema de producción”, contó Galizia a Infocampo.
“Cada uno tiene un objetivo distinto. Sin embargo, lo que más se busca es asegurarse que estén sembrando variedades de alto valor nutricional, que tengan como destino el consumo humano”
En ese sentido, dijo que a algunos productores les interesa “usar hibrido no transgénico”, a través de un germoplasma que el INTA les podría proveer. “En la jornada quedó implícita las ganas de los productores de conocer más sobre las variedades que se presentaron, inclusive quedó abierta la posibilidad de intercambiar materiales entre ellos”, explicó.
Por otra parte, la entrevistada contó que en la primera edición del encuentro, realizada el año pasado, los asistentes “recorrieron el campo experimental del programa de mejoramiento de maíz del INTA y vieron cómo es el proceso de desarrollo de germoplasma” en la institución. En esa oportunidad, la jornada estuvo liderada por el ingeniero agrónomo Daniel Presello, especialista en maíz de la experimental.
BUSCAN MEJORAR LA ALIMENTACIÓN HUMANA
La mayoría de los participantes insistieron en la jornada en la necesidad de dejar un poco de lado el rendimiento y enfocarse a la alimentación humana. “Muchos insistían en que la polenta antes tenía otro gusto. Muy distinto al que se percibe en las marcas que hoy se consiguen en cualquier supermercado”, detalló.
Es por ello, que desean conservar variedades convencionales que les permita traer a la actualidad, materiales que sembraban antes y hoy ya desaparecieron. Al respecto aseveró: “Eso es parte de los cambios que los productores desean introducir en sus variedades; volver a un producto sano y lo menos modificado posible”, vaticinó.
Se trata de variedades que intentan volver a resurgir. “Cada uno tiene un objetivo distinto. Sin embargo, lo que más buscan es asegurarse que estén sembrando variedades de alto valor nutricional, que tengan como destino el consumo humano, puesto que consideran que el mercado mundial comenzará a demandar esta categoría en lo inmediato”, manifestó la especialista.
Para esta campaña, el INTA cuenta con un ensayo en el que se evaluaron las variedades de los productores junto a variedades e híbridos no transgénicos del organismo, con la finalidad de comparar su potencial, en un ensayo bajo riego y fertilización.
Al finalizar la jornada, los asistentes visitaron la planta de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), en Pergamino, donde fueron recibidos por sus directivos para mostrar el trabajo que realizan en el procesamiento de semillas.