Según el Rosgan, la oferta de hacienda seguirá elevada, aunque comenzará a mermar. Los tradicionales aumentos de fin de año podrían potenciarse ante este escenario, una vez disipada también la incertidumbre electoral.


Los feedlots fueron el refugio obligado de gran parte de la hacienda que no pudo retenerse en los campos durante el primer trimestre a raíz de la fuerte sequía, que redujo de manera dramática la oferta de pasturas y forraje.

De allí se entiende que los niveles de ocupación de los corrales haya alcanzado un récord: según el Senasa, a principios de mayo, llegaron a alojar 1,95 millones de animales, un 37,5% por encima del mismo momento del año pasado y que supera tres meses antes de lo esperado el máximo nivel de existencias alcanzado el año pasado, cuando en junio se llegó a 1,94 millones de animales encerrados.


Sin embargo, apareció un dato que invita a pensar que el “efecto seca” ya comienza a pasar: en abril, la cantidad de animales que ingresan a los feedlots siguió siendo superior al número que egresa, pero ese índice de reposición se redujo en 14 puntos respecto a marzo.



“Del mismo modo, los datos preliminares que informa Senasa hasta la primera semana de mayo confirman esta tendencia, con un índice de reposición significativamente inferior al registrado a este mismo corte, en los últimos tres años”, prosiguió el Rosgan.

LA ZAFRA Y LOS PRECIOS DEL FEEDLOT
Cabe recordar que, ante la falta de oferta forrajera, la zafra de terneros se adelantó, al punto de que explicaron el 45% de los encierres totales en los últimos meses. Pero al haberse anticipado, la lógica indica también que debería agotarse más rápidamente.

En abril, de hecho, la cantidad de terneros saliendo de los campos -1,4 millones- es una cifra similar a la de los últimos tres años.

“Lo cierto es que, hasta el momento, la elevada oferta de terneros que ha estado llegando al mercado sigue presionando fuerte los valores de la invernada, llevando a una relación contra el precio del gordo, históricamente baja. Actualmente, la relación entre el precio del ternero de invernada y el precio del novillito gordo se ha invertido, algo que indudablemente favorece al engorde”, evaluó el Rosgan.

Y le puso números al fenómeno: “Si tomamos la referencia de precio que marca el ternero Rosgan para el mes de mayo, $ 482,82, y el promedio de valores para la categoría novillito en el Mercado Agroganadero de Cañuelas en lo que va del mes, $ 493,55, tenemos una relación de compra/ venta instantánea de 0,98 puntos contra un promedio de 1,20 en los últimos 10 años”.

Asimismo, el valor del ternero, a pesos constantes, muestra una caída en términos reales del 39%: para ubicarse en el mismo valor de abril de 2022, debería cotizar en realidad en $ 788 el kilo. En el caso del gordo, el retraso de valores en términos reales se reduce a un 22% interanual.



TODOS LOS VOTOS A OCTUBRE
Mirando a los próximos meses, más allá de que el ritmo de ingresos a los corrales empiece a mermar, la alta ocupación que presentan los feedlots permite descontar que el mercado seguirá muy abastecido.

Pero se empieza a plantear la duda de cómo estará la oferta hacia fin de año, un período que de por sí suele ser de altas subas estacionales debido al incremento de la demanda por las fiestas.



“El año pasado, tras haber alcanzado un nivel de existencias similar al actual en junio, el feedlot logró volcar durante todo el segundo semestre del año un promedio de más de 400.000 animales terminados por mes. La duda que se plantea este año es si este aparente adelantamiento de los encierres, no comenzará a declinar tempranamente acortando el período de abastecimiento previo al fin de año”, resumió el Rosgan.

La conclusión, según el mercado rosarino, es que “de ser así, los precios del gordo, y por ende de la carne al consumidor, que al menos hasta octubre deberían permanecer relativamente contenidos, podrían tener una corrección significativa hacia fin de año, una vez disipada también la incertidumbre pre electoral”.