Con mayor cantidad de cabezas en oferta y una demanda que no convalida subas, el informe semanal del Rosgan confirma que los valores de la carne bovina iniciaron un nuevo período de retraso frente a la inflación.


En los tres primeros meses del año, estadísticas publicas y privadas indicaron que el encierre en los feedlots creció un 20% interanual, a partir de la falta de disponibilidad de forraje provocada por la sequía y que derivó en la necesidad de enviar más animales a engordar con granos.

A grandes rasgos, se adelantó el pico estacional: en líneas generales, los corrales empiezan a llenarse a partir de abril y alcanzan su pico entre junio y agosto. De este modo, la mayor oferta de hacienda terminada genera mayor presión sobre el precio y el consumo a partir de la segunda mitad del año.


Este año cambió la ecuación y de acuerdo al mercado ganadero de Rosario (Rosgan) se percibió en estos días un nivel de encierre de invernada que es elevado para este momento del año.



Los números oficiales ratificaron este escenario. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) calculó que al 1° de abril de este año, en los feedlots hay 1,8 millones de cabezas encerradas.

“Comparado con los niveles de encierre de un año atrás, este es el cuarto mes consecutivo en superar dichas marcas”, remarcaron desde la entidad.

Además, entre enero y marzo de 2023 ingresaron a los corrales unos 11,3 millones de cabezas, un 26% más en relación con el mismo período del año pasado.


DOS ESCENARIOS POSIBLES
Con este nivel de hacienda en los corrales, el negocio puede tomar dos rumbos en los próximos meses.

En caso de tratarse de un adelantamiento de la curva de llenado, este nivel alto de encierre se sostendrá por espacio de uno a dos meses y luego generará una caída en la oferta. Si se cumple esta proyección, es posible que se impulse una corrección significativa en los valores de la hacienda.

“Sin embargo, si lo que estamos viendo responde, a su vez, a un mayor stock genuino de terneros y terneras para engorde, resultará más difícil esperar una recomposición efectiva de los valores de la hacienda hasta iniciada la próxima campaña“, advirtieron

Esta perspectiva es la que parece más probable y coincide con lo planteado hace dos semanas durante las “Charlas Granaderas”, organizadas por la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), y en las que el experto de la consultora Agroideas, Federico Santangelo, trazó un horizonte negativo para los precios de la hacienda en los próximos meses.



En el último año, el precio del ternero aumentó menos de un 30% nominal, el gordo 67% y la carne vacuna, menos del 77% interanual. Con una inflación 2022 que cerró pisando el 100%, tanto hacienda en pie como carne vacuna siguen con precios retrasados.

“Asimismo, con una proyección de inflación para lo que resta del año que no baja de los 6 puntos mensuales, tampoco hay indicios de una pronta recuperación”, agregaron. De este modo, consideraron que la recomposición de las cotizaciones para 2023 estarán más determinadas por una cuestión de oferta que por una recuperación real de la demanda.