El progreso de los diversos cultivos invernales es un momento en que esta plaga comienza a generar problemas. Expertos brindan algunos "tips" para tomar la mejor decisión a la hora de controlarla.


Las plagas continúan siendo tema de discusión, más aún, debido a que en diferentes regiones agrícolas del país, las lluvias siguen sin acompañar a los cultivos.

En este caso, el gusano blanco, es un insecto que en bajas poblaciones son benéficos ya que mejoran las propiedades físicas del suelo y favorecen la descomposición de residuos orgánicos.


Sin embargo, cuando las densidades aumentan, suelen afectar la implantación de cultivos invernales, ya que se alimentan de sus semillas, raíces y plántulas.

Pero también, puede ocasionar inconvenientes en el nacimiento de maíz en primavera. “Se trata de un gusano que habita en el suelo y su aspecto es de color blanco con cabeza rojiza”, destacó la ingeniera agrónoma Gabriela Fernández, especialista en monitoreo de plagas del INTA Oliveros.

Por ese motivo, es importante saber monitorearlo y conocer cuándo es el momento ideal para realizar aplicaciones con el objeto de transitar una buena campaña de trigo.

“Es fundamental el monitoreo en presiembra, con especial atención en suelos no perturbados o que salen de una pastura, donde la incidencia es mayor”, aclaró.

Según la especialista, son larvas que durante su tercer estadío puede provocar severos daños en otoño y primavera en algunos cultivos de gramíneas. “Son detritívoras y se alimentan de raíces y plántulas cuando hay escasez de restojo en superficie y poca humedad”, comentó la referente.

“MUCHAS VECES NOS AYUDAN”
Para Fernández, en muchas ocasiones, la presencia de gusano blanco ayuda al ecosistema agrícola. “Son plagas que se desplazan en el suelo, formando galerías que favorecen la infiltración de agua y la aireación del suelo, mejorando su propiedad”, contó como beneficio.

En cuanto a la realización de monitoreos, dijo que es fundamental hacerlo previamente a la siembras de trigo o maíz. “El monitoreo se realiza a través de un muestreo de suelo, con 10 o 13 muestras, en una superficie de 25 cm por 50 cm y 30 cm de profundidad”, comentó como metodología.

“Es fundamental el monitoreo en presiembra, con especial atención en suelos no perturbados o que salen de una pastura, donde la incidencia es mayor”, aclaró Gabriela Fernández, especialista del INTA Oliveros.

Además, dijo que en ese muestreo se deben contabilizar las larvas o bien los orificios que se encuentran en el suelo, diferenciándolos de los que realizan los grillo que son más ovalados.

El gusano blanco, una amenaza que empieza a asomar: recomendaciones para enfrentarla
En cada pozo, hay que observar atentamente la muestra extraída, desterronando manualmente y registrando la totalidad de larvas de gusanos blancos presentes

“El umbral de daño comienza a partir de encontrar 4 o 6 larvas por metro cuadrado en los cultivos de trigo y hasta 4 larvas por metro cuadrado en cultivos de maíz”, explicó la ingeniera.

RECOMENDACIONES FOCALIZADAS
Como recomendación primaria, la entrevistada, dice que es fundamental evitar sembrar cultivos de maíz o trigo cuando los lotes se encuentran con una densidad alta de estas larvas.

“Tenemos que saber que el cultivo de maíz, cuando se utilizan semillas curadas, estará protegido los primeros días. Sin embargo, es recomendable hacer aplicaciones sobre rastrojo si el número de plagas es importante”, destacó.

A raíz de ello, dijo que las aplicaciones con productos químicos deber desarrollarse -en lo posible- por la tarde. “Recomendamos aplicar fitosanitarios por la tarde y previo a una lluvia para que el producto tenga el efecto deseado”, aseguró.

También recordó que en el actual agroecosistema, existen numerosos controladores biológicos de esta plaga como son las aves, los hongos y las bacterias, además de insecto predadores y parasitoides.