Con mejores perspectivas climáticas, los productores confían en una campaña que haga olvidar los daños de la sequía. Cuáles son los híbridos que recomienda Stine para alcanzar los mejores resultados.


Los productores ya buscan revancha en maíz, en el contexto de una campaña 2022/23 que cerrará con una baja performance para el cereal.

Más allá de los factores climáticos, el nuevo ciclo requerirá de una estrategia técnica muy fina a realizarse con mucho manejo agronómico y una correcta elección de híbridos.

Habrá que tener en cuenta una multiplicidad de factores: clima, financiación, precios, mercado y la inversión tecnológica son algunas de las variables que tendrán incidencia en los rindes del maíz 2023/24.

A partir del actual escenario climático, que registró una mejora en el registro de lluvias, las empresas comienzan a afinar sus estrategias de manejo para la próxima siembra del cereal. Las pautas para una implantación eficiente varían de acuerdo a las regiones productivas.


ZONA NÚCLEO
Pablo Ricard, responsable regional en zona núcleo y núcleo-centro de la firma Stine, consideró que en esa región las lluvias mejoraron el ánimo de los productores para la siembra de maíz, aunque todavía no hubo recuperación completa de los perfiles hídricos.

“De concretarse los pronósticos climáticos, el área sembrada con maíz de primera volverá al 70-80% de la superficie total del cultivo, después hay que analizar bien cuál será el paquete tecnológico”, sostuvo.

Y agregó: “Los productores ya aprendieron a manejar muy bien el cultivo de maíz y cuando el ciclo climáticamente es promedio, la elección es sembrarlo, asegurando buenos pisos y techos de rendimiento”.

Para estos ambientes, Stine cuenta con una paleta de híbridos de ciclo completo con dos características fundamentales: rendimiento y estabilidad, con optimizado perfil tecnológico.

Considerando que será una campaña para practicar mucha agronomía, Ricard mencionó que para siembras tempranas, se puede elegir un material como ST 9910-20 VIP3. Se trata de un híbrido versátil, que puede implantarse desde fines de agosto hasta los primeros días de octubre y que también puede ser tardío, pero que no puede sembrarse más allá del 15 de diciembre y con una ventana de crecimiento de 122 días de ciclo.

Para esta zona, también destacó un híbrido complementario por largo de ciclo, el ST 9741-20 VIP3, de 114 días, pensado para ambientes de muy alto potencial y que responde a los paquetes tecnológico de punta.

HACIA EL NORTE
Pablo Pistone, responsable de la región Córdoba, San Luis, NEA y NOA, indicó que en esas zonas, los productores apuntarán a la siembra de ciclos intermedios y cortos de maíz.

“Es un año bisagra que seguramente expondrá la posibilidad de conseguir altos rendimientos, sin embargo, el consejo es evitar las siembras automáticas con las primeras lluvias. Se viene un ciclo para esperar las condiciones óptimas y seguras de implantación”, aconsejó el profesional.

El técnico recomendó ST 9910-20 VIP3 para los planteos en los que haya posibilidad de sembrar ciclos largos, mientras que para las siembras demoradas la principal recomendación es ST 9820-20 VIP3 que es un híbrido de ciclo intermedio y con excelente sanidad.

“Aún más corto y complementario por ciclo tardío, ST 9741-20 VIP3 es muy recomendado como tardío, explora una ventana de crecimiento más reducida, y se adapta bien a planteos de alto potencial de condiciones ideales restringidas”, acotó.

BUENOS AIRES
Martín Martínez, responsable zonal de centro-sur de Buenos Aires, La Pampa y Alto Valle de Río Negro, explicó que en esas regiones hay una elevada intención de siembra, pero se analizará la campaña al detalle.

“Aún hay muchos planes de siembra sobre la mesa y la planificación se extiende. Será un año muy bueno, pero también muy largo por la cautela que están buscando el productor y las empresas agropecuarias en sus decisiones”, destacó.

De acuerdo al asesor, todavía no llegaron las lluvias de forma contundente y, de esa forma, cada empresa agropecuaria revisa entre dos a tres planes de siembra, los cuales dependen exclusivamente de la cantidad de precipitaciones. En ciclos cortos, la recomendación de Stine pasó por ST 9734-20 VIP3 y ST 9741-20 VIP3