La “Red de Mujeres Rurales Hilanderas” se conformó en el centro oeste bonaerense. Ya son 30 mujeres que hilan y tiñen la lana del ganado ovino de la zona.


“La demanda empezó a superar nuestras posibilidades. Entonces nos unimos al INTA para pensar en una red”, graficó Carolina Estelrrich, responsable de la Chacra Experimental Bellocq.

Se trata de un grupo de, hasta ahora, 30 mujeres que le aportan valor agregado a la producción de lana ovina.


Radicadas en el centro oeste de la provincia de Buenos Aires, la red de mujeres rurales hilanderas se conformó con el objetivo impulsar y fomentar la producción artesanal del hilado de lana de ovejas.

¿Cómo está organizada? En nodos, a partir de los cuales la red busca agregar valor a la materia prima que se obtiene de la esquila y generar un producto de calidad que pueda ser comercializado.

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EL COMIENZO
El proyecto se inició como respuesta a la necesidad de las familias rurales productoras de la zona de hacer algo con la lana, producto de la esquila. Por eso el primer paso fue el de capacitar en el hilado de la lana de oveja.

“En el marco de la Ley ovina se brindó capacitación en la Chacra con instructores especializados en hilado. Ese fue el puntapié inicial”, afirmó Estelrrich.

Luego se trató de una demanda que fue en aumento: la misma provino desde pueblos y parajes aledaños a Bellocq, donde muchas mujeres estaban interesadas en aprender a hilar, se comienza a conformar la red, agrupando en nodos a las trabajadoras rurales.


“Nos unimos al INTA para poder coordinar a estas mujeres interesadas, cuyos lugares de residencia podían estar a más de 150 kilómetros unas de otras”, sumó.

LA ACTUALIDAD
Hoy en día la red promueve este trabajo como oportunidad de aprendizaje y como una salida laboral.

Laura Harispe, extensionista del INTA Carlos Casares, en Buenos Aires, afirmó: “La meta que buscamos es que aprendan a hilar y a teñir de manera artesanal con un recurso que está en el medio o es de fácil acceso como lo es la lana de oveja”.

“Nos parece importante fortalecer esta red de mujeres generando intercambios y espacios para que se capaciten conjunto”, indicó Mariana Coliqueo, extensionista de INTA Pehuajó.

Y agregó: “Es por eso que surgió esa forma de organizarse en nodos, donde se reúnen según una periodicidad a hilar en conjunto y cada tres meses se vuelve a la chacra a hacer capacitaciones en diferentes temas que también definen en forma conjunta”.