En Nagoya, Entre Ríos, el establecimiento de Carlos Mihura desarrolla un sistema de cría simple pero con resultados sorprendentes. Los secretos de un modelo productivo que logra tasas de preñez del 94% y de destete del 89%.


Carlos Mihura es productor ganadero y entiende a este negocio como una oportunidad constante. Su establecimiento, La Tacuara, está ubicado en la provincia de Entre Ríos, a pocos kilómetros de la localidad de Nogoyá.

Allí, cuenta con 255 hectáreas propias y 181 arrendadas con un gran porcentaje de monte natural.


El productor realiza agricultura en 120 hectáreas y utiliza el resto para su gran pasión: la ganadería. En esa actividad, hace cría y recría, y aprovecha al máximo unas 141 hectáreas de monte natural en el campo que le arrenda a su hermana desde hace tiempo.



“La inversión continua debe ser el principio de cualquier establecimiento ganadero”, dice convencido Mihura. Es que en diálogo con Infocampo, el productor cuenta que para fortalecer el bienestar animal de su rodeo, invirtió “mucho dinero” en subdividir el campo y llevar agua a todas las parcelas.

“A los animales hay que tenerlos reconfortados. Esta inversión nos permitió, además, un manejo mucho más eficiente del recurso pasto natural y una mejora sostenida en los índices de reconversión”, admitió el entrevistado, quien también es presidente de la Sociedad Rural de Nogoyá.

LA CRÍA EN EL MONTE DE ENTRE RÍOS
-¿Porqué cree que la inversión es la base de cualquier establecimiento de cría?
–Principalmente por la experiencia. Entiendo que es la manera que te permite en cinco años logar un cierto equilibrio, con resultado positivo en el negocio, y te posibilita paulatinamente ir mejorando los números productivos y económicos. Yo recomiendo que la inversión se realice anualmente para que no se sienta tanto en lo financiero.

-¿Qué objetivo principal persigue con este pensamiento en La Tacuara?
–Los objetivos son varios. Pero se pueden resumir en alcanzar un sistema de manejo simplificado, con flexibilidad para optar por el mejor momento de venta de los terneros producidos. Buscamos siempre mejorar el resultado de la cría con mayor cantidad de carne producida en el campo, y a su vez, persiguiendo un sistema que nos permita implementar mejoras continuas.

NÚMEROS QUE ALIENTAN
Los porcentajes de preñes en La Tacuara se encuentran estabilizados gracias a su sistema de cría. Según Mihura están en el orden del 94%, aunque reconoce una caída en el año 2022, atribuida a la sequía, donde se ubicó en el 88%.


Por otra parte, el destete que lleva adelante el productor en el campo ronda el 84 y 89%. En lo que hace específicamente a la cría, dijo que pretende pasar a un aumento de la carga de 1,5 vientres por hectárea, manteniendo los niveles de preñes enumerados anteriormente.

-¿Qué se debe considerar cuando se buscar una recría exitosa en el campo?
–Hay varias cuestiones. Pero yo considero que debemos achicar las parcelas para aprovechar al máximo las pasturas, debido a que de esta manera, el animal no va a seleccionar el pasto, va a comer todo. También, te permite un descanso más prolongado de la parcela, posibilitando un crecimiento eficiente del pasto hasta el próximo pastoreo.

-¿Cuál es el beneficio más relevante que provee este sistema de recría de terneros?
–Poder decidir el momento de venta de los terneros es el beneficio fundamental de este sistema. Porque además, mientras tanto, te brinda la posibilidad de agregarle kilos al animal. No podemos desarrollar un emprendimiento sabiendo que debemos comercializar los terneros en marzo o abril, este sistema te permite vender cuando más necesitas el dinero.

-¿Tiene importancia la genética en su emprendimiento ganadero?
-Por supuesto que sí. Este año resolvimos volver a la Inseminación Artificial en Tiempo Fijo (IATF). Es una herramienta que nos permite progresar en calidad y además nos demuestra un claro avance en la conversión. La IATF tiene muy bajo costo en relación a todos los beneficios que nos brinda al sistema. Por esa razón siempre la recomiendo.


EL SECRETO DE LA GANADERIA EN EL MONTE
Para el entrevistado, es fundamental mantener en perfectas condiciones los montes con la finalidad que sean aprovechados con éxito en la actividad.

Su manejo propone la conservación del bosque nativo y su biodiversidad, basándose en la adopción de tecnologías de bajo impacto ambiental.

Se trata de una visión integral del ambiente que busca el equilibrio entre la capacidad productiva, su integralidad y sus servicios para mantener y mejorar el bienestar del productor y las comunidades asociadas.

“La receptividad baja hasta un 50% si los montos nativos no son mantenidos adecuadamente”, expresó el productor. Los montes también tienen subdivisiones que le permite al sistema ganar en eficiencia. En este ambiente, Mihura cuenta con unos 120 terneros que también baja a las praderas dentro de su ciclo productivo.

-¿Cuántos kilos de carne produce en las 141 hectáreas de monte que tienen en el campo?
-En el campo de monte tenemos una producción aproximada de 332 kilos por hectárea. Estos datos se refieren a las campañas de 2021 y 2022, ambos años con una sequía bastante prolongada y dura. En este ciclo, la situación puede ser similar y seguramente pondremos las expectativas en las nuevas campañas, que esperamos sean más beneficiosas desde el punto de vista climático.


Carlos Mihura, titular de La Tacuara.

-¿Cuáles son sus desafíos de cría en monte para los próximos años?
-Sin dudas que seguir creciendo. El manejo no es sencillo. Sin embargo somos consientes que tenemos que continuar promoviendo el bienestar animal y la inversión en aguadas para que los terneros siempre estén satisfechos. Además, seguir complementando el desarrollo de los animales que están en el monte con la posibilidad de bajarlos a la pradera y brindarle suplementación estratégica en función del desarrollo del año.

LOS DESAFÍOS DE LA RECRIA
De cara a las expectativas, el productor siente que hay muchos desafíos que se aproximan. A raíz de ello, considera que hay objetivos por cumplir que implican inversión y trabajo.

“Tenemos que mejorar las pasturas de alfalfa que fueron degradada por la sequía y no dejar de detenernos a la hora de invertir. Siempre en el marco de las posibilidades reales”, vaticinó.

-¿Cuáles son las metas en lo inmediato en relación a la inversión?
–Queremos mejorar las instalaciones en los corrales y mangas. Además tenemos el objetivo de instalar un sistema de pesaje que nos permita mejorar el bienestar animal de la hacienda y las estadísticas de peso. Es hora de contar con datos precisos para medir diferentes variables indispensables en nuestro sistema.


-¿El bienestar animal le ocupa al sistema un lugar de privilegio?
-En nuestro campo es prioridad. Tratamos de manejar la hacienda a pie, utilizando banderas, y esforzándonos para que los animales se amansen. No siempre se puede lograr, pero nuestra meta persigue esa finalidad. Nunca golpeamos a los animales porque junto con mi empleado, Pablo, estamos convencidos que este es el camino. Inclusive si vemos que una vaca es más arisca que otra, la vendemos para no tener problemas.