La seca adelantó la salida de la hacienda de los corrales, con recrías que terminaron anticipadamente, y elevó la oferta, lo que le pone un techo a los valores. El atraso es tal que vaquillonas y novillitos mantienen precios similares a los de abril.


Históricamente, el precio de la hacienda suele tener dos grandes correcciones de precios, que se presentan en las puntas del año.

Pero la seca y una serie de variables económicas alteraron estos períodos y la esperada recomposición de fin de año del gordo no llegó.


En el Mercado Agroganadero de Cañuelas, más allá de algunas subas puntuales en lotes de muy buena calidad, las cotizaciones del consumo están planchadas desde abril.
De acuerdo a un informe elaborado por el especialista ganadero Diego Ponti, de la Consultora AZ Group, para la Asociación Argentina de Angus, este ajuste en las cotizaciones de novillitos y vaquillonas recién llegará en marzo de 2023, cuando la oferta de hda será más escasa.

“Abril, el último mes en el que se registró una suba considerable queda cada vez más lejos y las posibilidades de que a fin de año los precios se recuperen se diluye cada vez más”, advirtió Ponti.

Para el especialista, el mercado local está muy bien ofertado, con una faena creciente que no encuentra vías para canalizar esa fortaleza en el mercado externo y tampoco a nivel doméstico.

En este escenario, consideró que las expectativas de saltos de precios se postergan para febrero y marzo, cuando habrá disponible un menor volumen, a causa de la faena anticipada por la seca y una menor salida de los corrales.

MÁS FAENA, PERO SIN REPUNTE EN PRECIOS
Los números refuerzan esta tendencia. El informe de AZ Group consignó que en los primeros diez meses del año, la faena creció un 3,5% respecto del mismo período de 2021 y la producción subió un 4,8%, gracias a un peso promedio de faena que llegó a récords históricos.

En este contexto, los productores ganaderos solo pueden patear hacia adelante lo inevitable, ante una seca implacable que complicó la disponibilidad forrajera. De este modo, muchas recrías concluyeron antes de tiempo por falta de pasto y pasaron antes de lo planificado a los corrales.

“La hacienda que se esperaba para febrero y marzo saldrá para fin de año, pero la oferta es finita, lo que se adelanta hoy no estará disponible en el primer trimestre 2023”, señaló Ponti. Y agregó: “La corrección esperada de precios de fin de año pierde algo de fuerza y se difiere para principios de 2023”.

LA INVERNADA, A LA ESPERA
Hasta el momento, los invernadores eran el único sector que todavía capturaban un negocio rentable. Sin embargo, con el gordo que sigue sin reaccionar, inevitablemente el valor del ternero también se planchó.

“Los precios de la invernada mostraron débiles signos de recuperación luego de las lluvias que recibieron amplias zonas ganaderas del país. Sin embargo no fue suficiente para recuperar los valores corrientes del mes de agosto ($ 430/kg.). En términos constantes, en marzo se alcanzaron los $ 630 por kilogramo”, subrayó Pinti.

Estos valores históricos de hace meses ahora quedan muy lejanos, al punto de que la cotización de ejemplares de entre 160 y 180 kilos estuvo en noviembre un 9% por debajo del promedio de los últimos seis noviembres.

En las últimas semanas, comenzó a verse una mayor dinámica en los remates, pero el gordo pone un techo: falta una ayuda del precio de los animales para faena, para que la invernada recupere todo el terreno perdido.