En una superficie de 1.300 hectáreas, aplicaron efluentes de la producción porcina a través de pivots de riego en 204 hectáreas. Se llegaron a 65 quintales por hectárea, con picos de 80 quintales. Un caso modelo de economía circular.


En Entre Ríos, una empresa agrícola ajustó el manejo de nutrientes en cereales y logró duplicar sus rindes, a partir del uso de efluentes porcinos.

Los números sorprenden, sobre todo en medio de una seca feroz que pulverizó el desempeño del trigo en todo el país y pone en duda como avanzará la siembra de granos gruesos.
La firma Los O’Dwyer SA, con base en la localidad entrerriana de Arroyo Barú, se dedica a la agricultura, ganadería y porcinos. Desde 2011, pusieron en marcha una granja con 1.000 madres y trabajaron el tema de efluentes, enfocado como una unidad de negocios más dentro del esquema de la empresa.

“Le adjudicamos recursos y tiene que responder por sí misma, hoy buscamos generar un retorno”, explicó a Infocampo Ian D’Olwyer, propietario de la firma. En cada campaña, cultivan una superficie de 1.300 hectáreas de trigo y 1.500 hectáreas de maíz.

El secreto para maximizar los rindes consiste en el uso de los efluentes para reponer nutrientes en cultivos, a través de un pivote de riego. En cada campaña, con este sistema aplican efluentes en una superficie de 204 hectáreas, con un pivot de tres posiciones, que cubre 68 hectáreas. El dato a tener en cuenta es que con esta estrategia, reemplazan el uso de fertilizantes para el cereal.

Además, cuentan con un pivot de dos posiciones y un área de cobertura de 130 hectáreas, que a partir de la próxima campaña empezará a utilizarse para la aplicación de efluentes. De este modo, la superficie cubierta bajo esta modalidad pasará a ser de 464 hectáreas. También trabajan con un tercer pivot, de tres posiciones y un alcance de 92 hectáreas.


RINDES QUE SORPRENDEN
El trabajo en agricultura comienza a partir del análisis de suelo y en base al cultivo y las expectativas de rinde, se dosifican las aplicaciones de efluentes, que se realizan durante todo el ciclo productivo del cultivo.

En trigo, se llevaron a cabo aplicaciones de 12 milímetros por hectárea, en el contexto de un régimen de lluvias que se ubicó sobre los 200 milímetros. “En donde aplicamos efluentes no usamos fertilizantes, lo mezclamos en el pivot con agua y lo dosificamos, de acuerdo a los requerimientos del cultivo”, detalló D’Olwyer.

La diferencia en los rindes fue abrumadora. En secano, el cereal marcó 2.800 kilos por hectárea en la tolva y con riego pasó a 3.400 kilos por hectárea. Pero el uso de efluentes a través del pivot disparó los niveles de productividad. “Este año la verdad que ha sido sobresaliente en resultados, estará en 6.500 kilos por hectárea, con picos de 8.000 kilos dentro del circulo“, relató.


En promedio, el trigo rindió 28 quintales en secano y 34 quintales bajo riego. Pero donde se aplicaron efluentes, se llegó hasta 80.

Pero los entrerrianos no se conforman con estos números y apuntan a que los máximos oscilen entre los 8.000 y 9.000 kilos por hectárea. Para esto, afinarán la estrategia en cuanto a la elección de variedades y fechas de siembra. En el caso del trigo de esta campaña, optaron por ciclos intermedios, que fueron implantados durante la segunda semana de mayo.

Todo el efluente que se produce en la granja se destina a los cultivos y además del trigo, se emplea en maíz y soja. “Logramos 50% más de rindes, sin usar fertilizantes”. remarcó. En el caso del maíz, en la campaña pasada registró 5.800 kilos por hectárea en secano y con el uso de efluentes trepó a 8.500 kilos, con picos de 12.000 kilos.