Carlos Borsarelli y su hijo Mario son de Arribeños. En la próxima Expoagro lanzarán este equipo destinado fundamentalmente a ensayos experimentales.


La producción agropecuaria argentina es sinónimo de innovación y Expoagro suele ser uno de los espacios en que esos desarrollos ven la luz.

Es lo que sucederá durante la próxima edición de la muestra en San Nicolás, entre el 7 y el 10 de marzo de 2023, cuando un productor de la localidad bonaerense de Arribeños, junto a su hijo, presenten un equipo de características inéditas: una barra pulverizadora que se incorpora en la camioneta.
El innovador desarrollo es una idea de Carlos Borsarelli, un productor con amplia experiencia y conocimiento técnico por su larga trayectoria gestionando producción agrícola en campos del norte de Buenos Aires; y su hijo Mario, ingeniero agrónomo con experiencia en ensayos y pulverización.

Juntos conforman la empresa Borsagro y estarán en Expoagro para presentar este dispositivo que se incorpora a la camioneta y, de esa manera, reduce notablemente los costos y las complicaciones logísticas que surgen a la hora de pulverizar sobre macro-parcelas.


Mario y Carlos Borsarelli (Gentileza Borsagro)

FAMILIA DE INNOVADORES
Vale destacar, en este marco, que este no es el primer producto innovador para pulverización realizado por los Borsarelli.

Antes, también desarrollaron una mochila de pulverización para micro-parcelas, que se caracteriza por estar fabricada con materiales más livianos (fibra de carbono en lugar de aluminio), lo cual se traduce en un proceso de pulverización más práctico y seguro, y asegura mejores resultados de los ensayos.

En este caso, Carlos Borsarelli explicó que su hijo Mario, en 2012, trabajaba en el área de desarrollo técnico de una empresa multinacional, y en un momento tuvo que ocuparse de pulverizar sobre unos ensayos experimentales y lo que consiguió fue una mochila sumamente rústica que resultó ser pesadísima y muy incómoda en la parte de la espalda.

“Me pidió entonces que le diera una mano para adaptarla porque era realmente muy difícil de usar. El primer paso fue reemplazar el acero inoxidable por aluminio, con lo cual le bajamos muchísimo el peso. También diseñamos una espaldera que luego mandamos a hacer a una tapicería y que nos permitió una mochila mucho más cómoda para llevar”, indicó.

Y completó: “A partir de entonces, a cada lugar que iba Mario con su mochila adaptada todo el mundo le preguntaba dónde podía conseguir una igual. Así se nos ocurrió empezar a ofrecerla porque no había nada parecido, salvo algunos casos pero que eran importadas. Cinco años después, en 2017, dimos otro salto cualitativo cuando decidimos sacar el aluminio y fabricarlas de fibra de carbono”.


Una década después, Borsagro ya tiene numerosos clientes; fundamentalmente, investigadores particulares, desarrollistas, empresas privadas, proveedores de servicios de ensayos a otras empresas, áreas internas de investigación y desarrollo de grandes empresas como Bayer, Syngenta, BASF, Corteva, entre otras, entidades públicas como el INTA, universidades, Grupos CREA, estudiantes e incluso algunos casos de recién egresados de agronomía que deciden arrancar su carrera ofreciendo ensayos.