De acuerdo a un informe de CREA, si en diciembre no se regularizan las lluvias, se perderán hectáreas de soja y maíz. La disponibilidad forrajera en los campos está bajo la lupa


El desastre climático que afecta a la producción granaria pegará de lleno en el ingreso de divisas provenientes de la cosecha fina 2022/23. De acuerdo a un relevamiento de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CRA), la seca y las heladas en trigo y cebada generarán perdidas económicas por U$S 3.300 millones.

El dato surge de un relevamiento efectuado por la entidad a partir de un universo de 1.380 empresarios agropecuarios de distintas regiones. “El problema también se presentará en los cultivos de verano, los cuales registran retrasos en su implantación en muchas zonas”, advirtieron.
El relevamiento de la entidad registró en la presente campaña una reducción del 30% de la superficie de maíz en fecha de siembra temprana respecto de la planificada. Con respecto a la al tiempo que la implantación de soja, si bien crecería en superficie, presenta demoras en varias regiones.
“En cualquier caso, buena parte de la oferta de granos gruesos prevista para marzo y abril de 2023 no estará disponible por las demoras en las siembras en muchas regiones afectadas por sequía”, señaló Ariel Angeli, de Investigación y Desarrollo de I+D de CREA.

Y agregó: “Esa reducción de la disponibilidad de granos, además de un problema para las empresas agrícolas, también representará un desafío para la economía por la menor disponibilidad de divisas”.

El escenario en lo que resta del año se presenta por demás complejo para estos cultivos. Si en diciembre no se regularizan las lluvias, la producción de granos gruesos de segunda siembra -que ingresa al mercado hacia mediados de año- se verá comprometida.
LA GANADERÍA TAMBIÉN SUFRE
En paralelo, estas adversidades climáticas recortaron la disponibilidad forrajera en gran parte de los establecimientos ganaderos relevados por CREA. ” Ocasiona una situación complicada en lo inmediato para asegurar la condición corporal de los vientres de cara al servicio, como así también en el mediano plazo para lograr indicadores de destete adecuados”, detallaron.

El relevamiento permitió visualiza que la proporción de vacas en buen estado corporal bajó veinte puntos porcentuales respecto al mismo período del año pasado.