Según el Servicio Meteorológico Nacional, la falta de lluvias en el período enero-septiembre de 2022 se posicionó en el puesto 18 de los años más secos desde 1961.


La sequía que azota a la producción agropecuaria no se ubica entre las más significativas de la historia, pese a los fuertes daños que está generando en la producción agrícola, de acuerdo a un relevamiento del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

El organismo relevó que, desde enero hasta septiembre de 2022, se posicionó en el puesto 18 de los años más secos desde 1961.
El mes de junio sí se ubicó en números más calientes. El SMN explicó que se trató del segundo mes más seco desde 1961. Unas 11 localidades del centro de país récords de precipitación acumulada mínima.
Según el SMN, en la mayor parte del centro y norte argentino prevalecieron lluvias por debajo de lo normal, como así también en el sur de Patagonia. Por otro lado, parte del NOA, Misiones y el centro y noreste de Patagonia presentaron los principales excesos de precipitación. En esta última región y en la meseta patagónica, ocurrieron varios eventos de nevadas intensas durante el otoño e invierno.

Estos datos forman parte de un reporte que el SMN presentará en el marco de la Cumbre de Cambio Climático (COP27) de Egipto.

DISTINTOS GRADOS DE SEQUÍA
En este contexto, entre enero y febrero de este año prevalecieron condiciones de sequía extrema en el norte del Litoral y desde mayo se experimenta una sequía moderada a severa en el centro del país. Por su parte, también se registraron olas de calor extremas y sin precedentes.

En el verano 2021/2022 ocurrieron las tres primeras olas de calor de la temporada, con un evento sin precedentes que afectó a gran parte del país entre el 6 y el 26 de enero.

Esta fue una de las olas de calor más extremas debido a su extensión, que alcanzó un 72% del territorio nacional y se extendió por espacio de 14 días. En total, 24 localidades batieron récords históricos de temperaturas extremas.


El segundo episodio fue el más extenso e impactó a gran parte de la Patagonia, centro y sur de Buenos Aires, y sur de Córdoba. El último, que fue más localizado sobre el sur patagónico, resultó ser de los más intensos y prolongados para la ciudad de El Calafate.