La actuación del agro dejó enseñanzas tranqueras adentro: el trabajo propositivo y en equipo con otras industrias, entre los puntos a favor para tener en cuenta en futuros temas a tratar en el Congreso.


Septiembre y octubre fueron meses frenéticos para el tratamiento de la ley de humedales. En menos de un mes, el oficialismo intentó avanzar con un tratamiento express.

Sin embargo, el agro se hizo presente en el debate, junto a otras industrias, y proyectó el impacto de una posible ley, además de echar luz sobre las leyes que ya protegen a los humedales.
Pocos podrían oponerse a proteger a los humedales: son fuentes de agua clave, brindan servicios ecosistemicos y alojan centenares de comunidades a lo largo y ancho del país.
El panorama legislativo indicaba que obtendría dictamen un proyecto de ley de humedales que poco tenía en cuenta el impacto sobre la producción, las economías regionales y por sobre todo las personas que los habitan. La actuación del agro dejó enseñanzas tranqueras adentro.

EL AGRO VALORÓ EL CONGRESO

De la noche a la mañana, el agro se anotició que se iba avanzar con una ley que, a pesar de su noble objetivo, la instrumentación y el apresurado tratamiento, el sector iba a verse perjudicado.

Hasta el momento, la voz del agro no había tenido lugar en el debate y sus representantes no apelaron a viejas recetas como marchas, cortes o los famosos “tractorazos”, sino que optaron por un nuevo ámbito de acción: exponer sus fundamentos técnicos y vivencias personales en la casa de la democracia.
Fue exactamente en el ámbito de la Comisión de Agricultura de Diputados donde se sentaron los actores afectados, se expresaron, escucharon y hasta hicieron propuestas.

EL AGRO TRABAJÓ PROPOSITIVAMENTE

El agro logró echar luz sobre las leyes que ya protegen a los humedales y a su vez presentó un minucioso análisis de las leyes vinculadas al manejo del fuego, incluyendo la actual ëmergencia ignea” decretada por el Presidente Fernandez.

Eso logró que algunos detractores no siguieran insistiendo en la culpabilidad de las quemas sobre el sector productivo y ayudó a visualizar que la solución a los incendios pasa por otro paquete legislativo.
Desde los representantes de las gremiales y técnicas, hasta los consejos profesionales, cámaras, fundaciones, e incluso, el propio INTA -instituto técnico validado por todo el arco político- presentaron los puntos conflictivos de los proyectos en tratamiento y las leyes que hoy protegen los humedales.

El agro señaló sus discrepancias, sus preferencias y propuso mejoras y alternativas. El agro trabajó propositivamente, pero no fue el único.

EL AGRO APRENDIÓ A TRABAJAR EN EQUIPO CON OTRAS INDUSTRIAS

El agro no goza de exclusividad. Los humedales son fundamentales para el desarrollo de diversas actividades de la producción, pero también para la minería, la forestoindustria y la actividad industrial en general.

A diferencia de otras etapas de debate de humedales, fue una oportunidad donde el agro tomó asiento a la par de las otras industrias, con quienes trabajó en conjunto. Siempre buscando el objetivo de lograr un debate constructivo, federal y con mirada de bien común.

De esta manera, el mensaje de parte del sector privado, con el agro, la minería y otras industrias, sonó como una sola voz ante los oídos de legisladores oficialistas y opositores. Incluso, ante los ojos de los mismos, la presentación ante la comisión de Agricultura de Diputados no fue sólo de un grupo de personas que sabían lo que decían, fue un grupo que sabía trabajar en equipo.

Estos tres aprendizajes, tal vez, sean una forma de lograr consensos para salir por arriba del laberinto en el que está inmerso nuestro país y podamos liberarnos de las frustraciones del pasado para, de una vez por todas, contribuir al desarrollo de nuestro país.