David Copello y Agustín Calamari encabezan la empresa que instalará una máquina en la denominada “Pampa de Pocho” de Córdoba. Cómo es el proyecto de valor agregado que a largo plazo incluye producir cerdos, pollos y huevos.


Al transitar por la Ruta provincial 15 de Córdoba hacia el norte, pasando las localidades turísticas de Mina Clavero y Villa Cura Brochero en el valle de Traslasierra, llega un momento en que el contexto natural cambia casi de manera abrupta: de los montes y las rocas montañosos, a extensas planicies en las que asoman cultivos extensivos.

Sí, aunque no sea una región conocida por su producción agrícola, allí la soja, el maíz y los verdeos también pintan el paisaje: entre las localidades de Panaholma y Ambul se abre la denominada “Pampa de Pocho”, donde los suelos y las precipitaciones estivales permiten la siembra y cosecha como en la pampa más conocida, la húmeda del centro del país.
David Copello es uno de los productores que se animó hace algunos años a cruzar las Altas Cumbres y probar suerte, dejando la “facilidad” de hacer agricultura en Guatimozín, una localidad del sudeste cordobés, cercana a Marcos Juárez, en el corazón de la zona núcleo argentina.

En esa zona todavía cultiva unas 750 hectáreas por año, mientras que al costado de la Ruta 15 de Traslasierra ya suma casi 1.800 donde alterna soja y maíz.


Además, encabeza junto a su socio, Agustín Calamari, la firma RB Agronegocios, que produce biodiésel, fabrica plantas para elaborarlo y también formula coadyuvantes en Roldán (Santa Fe). Asimismo, junto a Calamari cultivan en conjunto unas 400 hectáreas en los valles cordobeses.

Toda esta conexión es la que hace que estén a punto de llevar adelante una verdadera revolución de agregado de valor al pie de las montañas: instalarán allí una fábrica de biodiésel.


ENERGÍA SERRANA A PARTIR DE LA SOJA
Durante este fin de semana largo, en la localidad de Ambul se desarrolló la 12° Exposición Agrícola Ganadera e Industrial de la Pampa de Pocho.

En ese marco, el ministro de Agricultura y Ganadería de Córdoba, Sergio Busso, le entregó a Copello (foto) un cheque con un Aporte No Reintegrable (ANR) de 2,5 millones de pesos para poner en marcha este emprendimiento.


Sucede que la apuesta de Copello y Calamari se enmarca dentro del Programa de Autoconsumo de Biodiesel 100% (BIOCBA), una iniciativa del Gobierno de Córdoba que impulsa la instalación en esa provincia de mini destilerías de biodiésel para que los productores puedan usarlo en sus propias flotas de camionetas, camiones o maquinaria agrícola.

El plan no habilita la venta de este combustible al público, porque esa potestad es de la Secretaría de Energía de la Nación, pero sí permite también que productores o empresas hagan un “trueque”: entreguen su soja para transformarla y recibir el biocombustible como parte de pago.

El acto de entrega de este aporte económico fue emblemático: es la primera planta que se instalará dentro del Programa BIOCBA, y precisamente en una zona que no es tradicionalmente “sojera”.


“Esto la verdad que es una patriada, y es un poco lo que necesitamos en nuestro país: generar desarrollo y agregado de valor en origen en zonas marginales”, subrayó Copello a Infocampo.

EL BIODIÉSEL COMO PUNTO DE ARRANQUE
Los 2,5 millones de pesos recibidos por un subsidio son la primera pata de la asistencia oficial para la puesta en marcha de esta planta que fue presentada el sábado en la Sociedad Rural Pampa de Pocho y que tiene un costo aproximado de 36 millones de pesos.

Los 34 millones restantes se cubrirán mediante un crédito otorgado por el Banco de Córdoba (BANCOR).

Calamari explicó que la máquina está preparada para producir unos 2.500 litros de biodiésel en turnos de 12 horas (es decir, que a máxima capacidad, podría llegar a generar hasta 5.000 litros diarios).

“La ventaja que da es fundamentalmente logística: para un productor de esta zona, puede reducir el costo del gasoil, que generalmente es más caro y muchas veces difícil de conseguir”, subrayó Calamari.

Y además son casi 600 kilómetros los que hay hasta los puertos del Gran Rosario, que en este caso se alargan aún más porque los camiones que trasladan soja no circulan por el Camino de las Altas Cumbres.

A todo esto, los socios de RB Agronegocios conciben este plan solo como un eslabón inicial de una cadena de agregado de valor con la que quieren levantar el perfil de una de las zonas más postergadas de Córdoba.

De cada tonelada de soja que se procesa, solo el 13% es aceite crudo (la base del biodiésel): la gran mayoría de lo que genera el extrusado del poroto es expeller, que se puede utilizar como proteína para alimentación animal.

¿Cuál es la apuesta a largo plazo de Copello y Calamari? Engordar pollos y cerdos, y también producir huevos, para aprovechar los expellers y también parte del maíz que producen en la zona. En el corto plazo, la expectativa es poner en marcha la planta de biodiésel en el primer trimestre del próximo año.