La Niña está provocando severas complicaciones en el avance normal del ciclo agrícola. Por ello, la recomendación es medir y monitorear más, con el fin de ajustar la nutrición a lo que requiere cada ambiente.


La nueva campaña de verano implica muchos riesgos, a partir de una condición climática de partida que es compleja y originada de combinación de otoño-invierno muy deficitario de lluvias para algunas regiones y también de una tercera fase de La Niña.

En una nueva edición de “Agenda Aapresid”, el asesor técnico, especializado en agricultura de precisión, Luis Verri, y también director del estudio especializado en Río Cuarto (Córdoba), “Agronomy Tech”, destacó que “toda estrategia de nutrición por ambiente comienza en el diagnóstico, que sienta las bases para poder planificar a medida de cada lote”.

Verri, que también es productor e integrante de la Regional Vicuña Mackenna de la Asociación, advierte que “de nada sirven los datos acumulados en planillas, en la nube, en un pen drive o en el monitor de siembra si no se interpretan y analizan”. En campañas como la actual, de profunda incertidumbre, es en la cuales más sirve la información.

Para el asesor, “cada registro invaluable cobra sentido si se cruza con otras variables como rendimiento, profundidad de napa o condiciones ambientales para sacar un valor agregado a esta información, y usarla como insumo para tomar mejores decisiones.


DIAGNÓSTICO
Enfrentado a la próxima campaña, el productor cordobés recomendó invertir en diagnóstico y apuntar a estrategias de manejo defensivas y más eficientes, tendientes a tomar recaudos y cuidar los márgenes. Definitivamente la nutrición por ambientes tiene mucho para aportar.

De esta forma, para ganar eficiencia en el uso de los nutrientes, es fundamental conocer de antemano no sólo la dotación inicial del lote y también las relaciones entre los nutrientes y las diferentes fuentes que los proporcionan.

Más allá de esto, Verri indica que, para campaña difíciles, está se demuestra el impacto del manejo sustentable histórico. Por ende, en el camino a mejorar la eficiencia nutricional, la biología termina siendo una gran aliada.

La diversificación de las rotaciones, además de la inclusión de cultivos de servicios, aporta nutrientes orgánicos y mejoran las condiciones físicas y la biología de los suelos facilitando la biodisponibilidad de los nutrientes.

De acuerdo al asesor, todo el registro de datos que se convierte en información, el uso de la digitalización y mejora de la eficiencia productiva permitirá “abrir las puertas a la dosificación variable y capturar un beneficio adicional por el hecho de hacer aplicación de insumos por ambiente”.