Mientras el costo de vida subió 71% y el costo de producción de un litro de leche aumentó 66,7% en un año, el precio que cobran los productores se actualizó menos: 57%.


La foto que publica todos los meses el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) sobre la rentabilidad de los tambos, muestra a priori un resultado positivo.

En julio, se consolidó la recuperación de los números que ya había mostrado junio, luego del “rojo” de abril y mayo.
En concreto, el mes pasado los tambos tuvieron una rentabilidad promedio del 0,9%; es decir, pudieron al menos cubrir sus costos y obtener un mínimo margen, con un precio al productor que se ubicó en $ 50,88 y un costo de producción –según estimaciones del INTA– de $ 50,22.

Sin embargo, ya esta foto muestra un aspecto importante a tener en cuenta: este margen positivo está muy lejos de lo que se considera el precio de equilibrio con una rentabilidad del 5%, algo lógico para que sea sustentable un negocio de capital intensivo como la producción de leche. Ese valor se ubica en $ 57,87.
LA PELÍCULA DE LOS TAMBOS
Ni hablar al observar la película de lo observado durante el último año, y en la serie histórica.

Según el OCLA, la tasa de rentabilidad actual está bastante por debajo del promedio diciembre 2016 – julio 2022, que se ubica en 1,9%, con un máximo del 8,4% y un mínimo de 1,7%.


Pero además, el precio cobrado por los productores está corriendo por detrás de todos los índices inflacionarios que impactan en la actividad.

Mientras el costo de vida, según el INDEC, aumentó 71% en un año, el precio a los productores lo hizo 57,1%. Esta cifra también estuvo por debajo del 66,7% que se incrementaron los costos de producir un litro de leche.


“Estas variaciones indican claramente que los costos de producción tuvieron una mayor aceleración en lo que va de 2022 por la suba de precios de los concentrados, fertilizantes, agroquímicos y combustibles, entre otros”, mencionó el OCLA.