Casi el 90% de los empresarios piensa que la economía está peor que hace un año, y el 78% considera que en un año estará aún peor, según una encuesta de CREA.


El flamante ministro de Economía, Sergio Massa, asumió este miércoles por la noche y uno de los desafíos que deberá enfrentar es el de recuperar la confianza de los actores económicos, en medio de los problemas que generan la alta inflación y la ampliación de la brecha cambiaria.

Uno de los actores con menos expectativas es el campo: según una encuesta de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), el 88% de los empresarios del sector piensa que la economía argentina está peor que un año atrás.

Y este pesimismo se completa con que el 78% percibe que seguirá empeorando en el próximo año, mientras que particularmente para el caso de las propias empresas, la mitad opina que estarán peor dentro de 12 meses que en la actualidad.

“Se trata de las expectativas combinadas más bajas de la última década. Así, el contexto local condiciona las decisiones y resultados de los negocios y empresas agropecuarias, impactando en la producción y sostenibilidad de los sistemas”, indicó CREA al resumir los resultados de su encuesta SEA cuatrimestral.

MENOS FERTILIZANTES Y GRAMÍNEAS
En el primer semestre, un factor que jugó en contra del ánimo de los productores fue la crisis del gasoil. En el caso de las empresas CREA, más de la mitad manifestó haber registrado algún tipo de problemas con la disponibilidad del combustible.

“Los mayores inconvenientes generados en la adquisición de ese insumo crítico, que tuvieron especial incidencia en el norte argentino, fueron los sobreprecios y las dificultades para realizar labores agrícolas o bien transportar productos o insumos”, precisó CREA.


Lo más grave es que el deterioro de las expectativas económicas comienza a afectar las inversiones y la sustentabilidad de los planteos.

Por ejemplo, un 29% de los empresarios agrícolas consultados reconoció que planea reducir el uso de fertilizantes en la campaña 2022/23.

Por otra parte, sumada además la situación climática, se prevé una merma de la superficie de gramíneas. El área sembrada de maíz (temprano más tardío) caería 1%, mientras que la de trigo se habría achicado 3%, en relación al año pasado; mientras que la superficie de soja crecería 3% y la de girasol 13%, “lo que terminará configurando una rotación agrícola menos sostenible”, señala el informe.


CARNE Y LECHE
En cuanto a los empresarios ganaderos dedicados a la actividad de cría, un 56% indicó que planea incrementar el stock de vientres bovinos en un promedio general del 6,7%.

Ambos guarismos –los más elevados de la serie histórica– muestran que la hacienda representa, en el actual contexto, un refugio contra la desvalorización progresiva del peso argentino en un escenario con escasas alternativas de inversión.


En lo que refiere a la actividad lechera, un 79% de los empresarios lecheros encuestados manifestó haber registrado inconvenientes por restricciones hídricas, especialmente en lo relativo a una menor producción de pasturas y verdeos que obligó a incrementar el uso de concentrados.

Pero a pesar de estas dificultades, planean seguir incrementando la producción tanto en el corto como el mediano plazo a partir de un aumento de la cantidad de vacas en ordeñe y de la producción individual.